Lo de las patatas bravas es meterse en un jardín, hay infinidad de recetas hechas con ingredientes totalmente distintos. Hay quien las prepara a partir de una velouté (harina y caldo de pollo o verduras), otros las hacen con tomate, otros con mayonesa, combinándola con un alloli, total que cada no hay unanimidad.  Y para acabar de arreglarlo venimos nosotras y hacemos otra propuesta. Nos encantan las patatas bravas clásicas en todas sus versiones pero esta vez hemos querido dar una idea evitando grasas. Partiendo de la que parece la salsa original hecha con harina y caldo de pollo o verduras.  hemos eliminado la harina y en su lugar, para ligar la salsa, hemos utilizado coliflor, nuestro ingrediente estrella. Nadie sabrá lo que lleva realmente queda muy suave de textura y sabor, lo bravas que sean ya va a gustos dependiendo de la cantidad de pimentón picante que pongamos.

El resultado es una salsa consistente, sabrosa, sin gluten y baja en grasas.  Para deleitarnos sin remordimientos. Nos servirá para acompañar cualquier plato pero hoy la hemos querido combinar con patatas, que hemos hervido y luego salteado para evitar la fritura.

Una idea para un picoteo saludable absolutamente delicioso que os sorprenderá seguro.